Recorridos:
/por Andrés
Cardiff/.
Un sábado (o mejor un domingo), no está de más hacer un breve recorrido por
una zona histórica de Buenos Aires que tiene un poquito del universo argento,
cachitos ancestrales y perennes del orbe argentino con sesgos coloniales
inherentes a nuestra cronología criolla.
La estación Constitución tiene a la avenida Brasil como frontera norte. Al
cruzar la Au. 9 de Julio, uno llega, unas seis cuadras después, a la calle
Defensa y descubre a su derecha al Parque Lezama.
El parque Lezama, además de haber sido popularizado por algún cántico
escatológico boquense, tiene la particularidad de ser un espacio verde de
grandes dimensiones que cuenta con una rústica cancha de tenis, mesas con la
cuadrilla para las Damas o el Ajedrez y el Museo Histórico Nacional.
Data:
Ø Espacio verde: 84.600 mts²
Ø Rodeado por calles: Av. Paseo Colón, Defensa, Av. Brasil y Av. Martín
García.
Ø Calles que surgen/nacen:
·
Dr. Enrique Finochietto (paralela a Brasil)
·
Uspallata (Ídem)
·
Av. Caseros (Ídem)
·
Balcarce (paralela a Defensa)
El Museo de
Historia Nacional
Sobre Defensa. Es un pequeño museo con documentación de próceres,
batallas e hitos del Siglo XIX, tiempo de gestación de la patria. El lugar
alterna obras y documentos históricos con tecnología actual: puede verse la
citación al cabildo abierto del 22 de mayo en un vitrina de un cuarto muy
oscuro para su preservación e inmediatamente al lado la versión digital en
pantalla táctil para acceder al texto.
Eso sí, las fotos dentro de las locaciones están prohibidas.
Esquina histórica:
Defensa y Brasil, y los bares “Británico” e “Hipopótamo.”
En una esquina que no esconde el paso del tiempo al dejar aún restos de los
rieles del tranvía, brilla en sus esquinas el bar “Británico” que honrosamente
presenta en su fachada la letra del “Vals municipal” de María Elena Walsh, que
alude “Es el tiempo tirado en cafés y es memoria en la Plaza
Dorrego (…) Y también es morirse de amor un otoño en el Parque Lezama”.
En la
esquina opuesta se ve al bar “Hipopótamo”, rodeado de las antiguas vías de
tranvías.
Nuestro
derrotero toma por guía la calle Defensa. Deja uno la esquina de Defensa y
Brasil junto con el parque Lezama a sus espaldas y, siguiendo la numeración
ascendente, avanzamos hacia la Pza. Dorrego, adentrándonos en San Telmo no sin
que antes nos llame la atención dos locales siameses a la altura del 1200.
Cooperativa de Artesanos de Argentina – Defensa 1244.
A ambos
lados se ven mercaderías que abarcan necesidades bien marcadas.
De mano
izquierda, el mundo de la nostalgia tiene una vidriera que bien puede decirse
que se trata de un altar a la infancia de quienes pasan holgadamente la barrera
de los treinta.
De mano
opuesta, un amplio local con mercadería autóctona de precio accesible, de buena
calidad y variado gusto.
Data de la
cooperativa:
Horario de
atención:
Lunes a
sábado de 10 a 18hs – Domingos de 10 a 19hs.
Sitio
oficial: www.artesanosdeargentina.com
Retomamos Defensa.
Poco faltaba
para llegar a plaza Dorrego. Vemos el cartel de varios lugares históricos pero
los dejamos atrás por una sabia razón. Ya por el recorrido hecho, o por los
aromas que uno percibe en el aire, el apetito se abre. Hay varios lugares para
comer en San Telmo. Uno elige y recomienda “Amici Miei”.
Amici Miei, ristorante italiano.
Subiendo por
una escalinata al frente de la plaza Dorrego, se sube a un primer piso y una se
encuentra con un patio estilo italiano. Siguiendo el olorcito a pasta, se llega
dando pocos pasos por nuestra derecha a “Amici miei” (“Amigos míos”). Cocina de
alto nivel, muy bien ambientada con platos y menú íntegramente del paladar Itálico.
Foto del Antipasto
"Emiliano". Exquisito.
Pza. Dorrego.
Satisfecho
el estomago y hecha la sobremesa, uno baja las escaleras y tiene frente a sus
ojos la plaza Dorrego con su feria de artesanos, sus bares y una pareja de
jóvenes sacándole viruta al piso de la plaza bailando tango periódicamente y
pasando la gorra.
Galería “Solar de French”.
Hecho el
recorrido y habiendo consultado a los amigos feriantes, vemos un lugar sobre la
vereda de Defensa que llama la atención por el toque colonial. Hacia el borde
noreste de la plaza, está el “Solar de French”, llamado así porque es el lugar
donde French, una de las dos figuras que repartían escarapelas en tiempos de la
revolución, nació en ese lugar y se ha convertido en una galería de locales muy
pintoresco.
Bar Plaza Dorrego.
Tras un
recorrido a la plaza, bueno es descansar un momento en un bar histórico que se
hace eco de su ubicación para que nos resulte más fácil encontrarlo: Bar “Plaza
Dorrego”. Así como el “Británico” ofrecía el recuerdo de Walsh, este bar viste
en sus laterales un mosaico con los versos de “Mercado de pulgas”, de Antonio
Requeni, que dice:
“…mates,
bombillas, lámparas, floreros.
Color.
Bullicio. Abigarrado enjambre.
Domingo en
la placita de San Telmo.”
Volviendo por Defensa: “Galería de la Defensa”, edificio histórico y feria
de puestos de variada mercadería.
Fin del recorrido. Si tienen oportunidad de ir y quieren dejar su comentario, será bien recibido aquí.
Textos y fotos de Andrés Cardiff.
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